martes, 27 de octubre de 2015

Leyenda o Mito El Silbón

Espíritu vagabundo por matar a sus padres. Después de asesinar a su padre, el hombre fue castigado con un mandador de pescuezo (típico del llano), al tratar de huir fue mordido por un perro tureko, para concluir el castigo su abuelo regó sobre sus heridas gran cantidad de aji picante. El recuerdo y mención de lo sucedido libra a las personas de ser atacadas por este espíritu errante conocido como el silbón.
El Silbón se presenta a los borrachos en forma sombrío. Otros llaneros le dan forma de hombre alto, flaco. usa sombrero y ataca a los hombres parranderos y borrachos, a los cuales chupa el ombligo para tomarles el aguardiente.
La tradición explica que al llegar el silbón a una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta un a uno los huesos; si no hay quien pueda escucharlo, un miembro de la familia muere al amanecer.
Otra versión dice que fue un hijo que mato a su padre para comerle sus "asaduras". El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que queria comer visceras de venado. Su padre se fue de caceria para complacerlo pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traia nada, no habia podido cazar el venado, lo mato, le saco las visceras y se las llevo a su madre para que las cocinara. Como no se hablandaban, la madre sospechó que eran las "asaduras" de su marido. preguntándole al muchacho, quien confesó la verdad.
De inmediato lo maldijo "pa to la vida". Su hermano Juan lo persiguio con un "mandador", le sonó una tapara de ají y le azuzó el perro "tureco" que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones.
Fuente:
Angélica García - Colombia País Maravilloso

La Procesión de las Animas

Todavía no he podido olvidar del viejo Puntarenas una extraña leyenda que mi abuelita en la tertulia familiar, nos contara un día a sus nietos una tarde de lluvia.

Hoy, evocando su recuerdo muy querido para mí, he venido a recordar los tristes pasajes de ese cuento de superstición, que tanto miedo nos causó a la hora de irnos a dormir.
Contaba la abuelita que ella todavía pudo conocer, aunque ya muy anciana, a doña Manuelita Canales, la persona más importante de esta historia, la cual debió acontecer muy a principio del siglo que pasó.
Doña Manuelita era una santa mujer; sumisa a su esposo don Camilo Briceño, bastante mayor para ella, tenía el puesto de Guarda nocturno en la antigua casa de Aduana y Agencia de Barcos “Ansaldo y Co”. No tenían hijos pero aún así eran muy felices.
Sin embargo esta felicidad vino a menos, y el asunto casi le cuesta la vida a doña Manuelita, que se vio en alitas de cucaracha para que no se fuera al hueco. Y el motivo lo ocacionó la extraña y disparatada ocurrencia que el matrimonio tuvo de variar los métodos de vida que normalmente tienen los cristianos en todo el mundo.
Figúrese -nos decía la abuelita- que como el trabajo del marido era solo de noche, resolvieron variar los tiempos de comida y también los demás menesteres de un hogar corriente. De esta suerte, a las cinco de la tarde se levantaban de la cama, tomaban su desayuno, y en tanto don Camilo se iba a su trabajo, su mujer a sus quehaceres domésticos cotidianos, que antes solía hacer de día.
La gente gozaba con ellos, pero como eran tan buenos, nadie se metía a molestarlos y hay la iban pasando, ni envidiosos ni envidiados como dijo el poeta.
A las once de la noche le llevaba a su marido el almuerzo, a las tres de la madrugada un cafecito caliente con chilasquilas bien fritas, a las seis lo esperaba a comer y las ocho de la mañana se acostaban a dormir.
Así pasaron algunos meses y cuando ya se iba haciendo un hábito en ellos ese cambio en sus costumbres, he aquí que vino a ocurrirles lo siguiente:
Estaba doña Manuelita como a las doce de la noche un poco apurada en el lavado, restregando un poco de ropa en el patio, cuando oyó en dirección de la calle un rumor de gente rezando.
Extrañada y curiosa, salió a la puerta en el preciso momento que pasaba frente a su casa una procesión de gentes enlutadas. Iban rezando, llevando una cruz pequeña en una mano y en la otra una vela de esperma o de semillas de higuerilla, que eran las candelas de antaño.
Al cerrar su puerta una de aquellas personas le dijo tome, y le entregó una candelita.
Como estaba tan ocupada, distraídamente puso la vela por ahí un momento en un rinconcito atrás del baúl y se fue a hacer sus quehaceres. Dos días después volvió a ocurrir lo mismo y también una tercera y cuarta vez, y como en la primera ocasión, le entregaban la velita y ella la guardaba en el mismo rincón.
Un día amaneció, o mejor dicho atardeció enferma doña Manuelita y su marido la llevó al médico, pero como pasaba el tiempo y las medicinas no le hacían bien y estando sumamente delicada de salud, por consejo de las amistades don Camilo la llevó al sacerdote para que la confesara “por si acaso”.
En realidad doña Manuelita estaba muy malita y el señor Cura creyó más conveniente suministrarle los Santos Oleos a fin de que en su ausencia no fuera a morir en pecado mortal.
Como el aposento estaba un poco oscuro pidió a una vecina que estaba ahí una vela, pero no encontrándose una a mano, le preguntaron a la enferma por el lugar donde solía guardarlas corrientemente, a lo cual ella señaló con el dedo el sitio donde tenía las que le habían regalado anteriormente en las procesiones.
La vecina hizo lo que se le ordenó, pero no encontró nada.
Aquí solo hay unos “huesitos” dijo y la ropa recién lavada de la señora.
Extrañado el señor Cura tomó en sus manos uno de aquellos huesos y al comprobar que eran humanos, se horrorizó y tirándolo a un lado hizo la señal de la cruz y se santiguo.
Sin poder explicarse aquello, el sacerdote procedió de inmediato a confesar a la enferma revelando ésta la rara procedencia de esas piezas humanas. Explicando luego su caso.
Manuela, le dijo, no puedo absolverte en nombre de Dios, Nuestro Señor, si no vas al cementerio a devolver eso.
Ya ve doña Manuelita, lo que le pasa por variar sus costumbres. Esa procesión que Ud. vio pasar es la procesión de las ánimas benditas, que salen todos lo lunes, a las doce de la noche y mientras no devuelva esos huesos las ánimas le estarán inquietando siempre y no podrá vivir o morir tranquila. Levántese como pueda y vaya al cementerio a enterrarlas y que Dios le dé fuerzas.
Gran revuelo causó eso entre el vecindario y una señora ya muy mayor le aconsejó a la enferma que se hiciera acompañar por dos niñitos, porque eso le ayudaría mucho para conseguir indulgencia. Doña Manuelita hizo todo lo que le aconsejaron y como en realidad ella era una buena mujer, no faltaron personas caritativas que le acompañaron en su triste misión al camposanto.
Y dicen algunos, que estuvieron presentes a la hora de enterrar los despojos que cuando echaba el último puñado de arena se escuchó una voz de ultratumba perdonándola.

Leyendas de San Pablo Nariño

Como en toda colombia el municipio de San Pablo Nariño es una región, donde resulta muy usual encontrar historias sobre seres que provienen del más allá, por consiguiente sus pobladores cuentan una variedad de narraciones donde familiares, amigos o vesinos han tenido un encuentro con un ser conocido como espanto, en las 47 veredas y el centro urbano que conforman esta tierra del norte del departamento de nariño, especialmente los abuelos narran múltiples historias que dan explicación de encuentro de humanos con personajes extraños, casi siempre en horas de la noche y sobre todo en la hora más mala las 12.




Estos cuentos hacen parte de las leyendas, siendo tradiciones del legado oral que pasa de padres a hijos, de tal forma que se crean unos imaginarios sobre unos personajes, poseedores de la facultad de surgir prácticamente de la nada; tienen la característica de infundir miedo para evitar que los pobladores de la región continún en conductas que afectan tanto a lo individual como lo colectivo.

De estos seres los reconocidos en el municipio de San Pablo Nariño son: el Guando, La Viuda, el Duende, La Patasola, el Auca, el Aullador, el Diablo, la Llorona.

Los espantos que mayor presencia han realizado en estos poblados son el Guando, la Viudad y el Duende, es natural que historias de encuentro con estos seres sean algo normal en cualquier vereda, especialmente sucede a individuos que salen a tardes horas de la noche o que se encuentran es sitios muy solitarios.

 El Guando es un espanto muy conocido no solo en este municipio sino en todo el país, se dice ser una hilera de velas que aparece en la lejanía, llevando en el centro un ataúd, es un espanto anunciado por el ojo de pollo, un pájaro nocturno al parecer con la potestad de saber dónde viene el Guando, al escuchar el sonido de un pollo en la noche muy seguro es este ser, si el sonido es cerca, significa que el Guando viene lejos y viceversa.Una vez se está ante la presencia del Guando, la solución está en caer al piso con las manos abiertas en forma de cruz y esperar a que un viento pase, de no hacer este secreto, muy seguro, las almas en pena que pasan con su entierro cargaran a quien este por delante para llevarlo a su féretro y dirigirlo al infierno; muchas son los encuentros con este espanto, quienes afirman que es el  mismo demonio quien va en busca de almas, las personas que acostumbran andar en malos pasos han tenido el desforntuno de encontrarlo.


La viuda es una mujer que aparece en altas horas de la noche, un personaje con un largo vestido de negro con la cabeza agachada, anuncia su llegada con desgarradores aullidos y presenta su primera visión a distancias cortas, tiene la característica que ante ella no pueden moverse, en San Pablo son muchos quienes la han mirado, siempre son hombres provenientes de juegos nocturnos, en especial las cartas de naipe, como también de aquellos encaminados en malos pasos, a varios se los ha cargado pero no recuerdan lo sucedido, sino cuando despiertan con las primeras luces del día en un sitio lejano.    

Leyenda de la laguna La Cocha - Nariño



El cacique Pucara, cuyo nombre significa Fortaleza, estaba enamorado de la princesa Lluvia de Estrellas, logró conquistarla y formar con ella un hogar donde nacieron tres hijos: Lucero, Estrella y Viento. Los cinco vivían muy felices en ese valle de los Andes que albergaba a siete sobresalientes ciudades, según testimonio tradicional de los viejos pobladores del sector.

Dice la leyenda, que no podía faltar en ninguna armonía social y familiar la presencia de maldad y envidia, y así fue que durante una de las fiestas del Baile del Sol, cuando ya los niños de Lluvia de Estrellas estaban grandecitos, Fortaleza invitó y llevó a su esposa a una de las siete ciudades donde celebraban las mejores fiestas en honor del dios Sol, allí se divirtieron mucho hasta el amanecer.

Narran que Munani (el amante), era el bailarín principal de la comparsa del festejo, impresionó  grandemente al público en general, pero de manera particular dejó caer su gracia y su encanto en la princesa Tamia o Lluvia de Estrellas.
Para la princesa Lluvia de Estrellas, los días a partir de aquella fiesta no fueron los mismos, pensaba en el danzante Munani. Un día, cuando Pucara no se encontraba en casa, llegó Munani a buscar a Tamia, ésta salió y regocijada atendió al danzante, quien definitivamente había impactado en su corazón. Besos y abrazos se dieron los nuevos amantes. Concertando citas a partir del momento, acordaron un día romper con su silencio y decirles a todo el pueblo lo que estaba sucediendo.
Dicen que cuando la gente se dio cuenta de que Tamia y Munani estaban enamorados, Pucara se entristeció, acabó  con su liderazgo y no queriendo estorbar en el camino de los nuevos amantes, se fue a la montaña con sus tres hijos y comenzó a criar y cuidar insectos.

Tamia y Munani comenzaron a andar sin restricción alguna por entre las siete ciudades, se entregaron al amor y la diversión sin ninguna restricción, situación que escandalizó a la comunidad entera, obligando a las personas a no prestar ninguna clase de servicio a los nuevos amantes.

Dicen que un día, golpeando de puerta en puerta, pedían que les regalaran un pilche (totuma o mate) con agua y nadie respondía a su llamado. Hasta cuando se encontraron con un niño, a quien engañaron con la entrega de un pedazo de pan, logrando el pilche con agua.

Los dos enamorados, se acostaron en un potrero cercano y dejaron el pilche con agua a sus pies, y el hombre lo regó. No se dio cuenta que el agua derramada de la totuma comenzaba a crecer hasta que prácticamente los estaba ahogando; en ese momento, llegó un insecto, de los que Pucara criaba y cuidaba con sus tres hijos, lo picó y lo hizo botar abundante agua por la boca y nariz.

Era tan grande su caudal que rápidamente inundó la totalidad del valle, quedando bajo el agua las siete ciudades. Cuentan algunos pobladores, que un sonido de campana fue lo último que se escuchó sobre ese sector que hoy conocemos como el Lago Guamuez o Laguna de La Cocha.

Pucara, que asombrado y entristecido observaba desde la montaña con sus hijos el encantamiento del lugar, lloró tristemente su desgracia, se acogió cariñosamente a sus tres hijos y se quedó petrificado para siempre en la montaña que lleva el nombre del insecto que picó a su rival, !El Tábano!

Cuenta la tradición popular que cuando Pucara recuerda la traición de Tamia con Munami, llora tristemente en medio de rayos y centellas, y sus lágrimas aumentan el caudal de la laguna, causando grandes estragos a los pobladores de las orillas de La Cocha.

Mitos y Leyendas del Pueblo de los Pastos


Llorona


Duendes

En este vídeo se mira claramente algún tipo de ente sobre natural en este caso es un duende


En los paradisíacos Andes de Colombia, vuela desnuda una bruja hermosa y seductora en la palo de una escoba mágia. La hechicera es una mujer sobrenatural, tiene poderes extraordinarios,derivados de su pacto con el diablo; con él pernocta y celebra orgías de espíritus muertos. La maga es experta en ciencias ocultas, tiene postedad para transformarse en anciana fea con dientes partidos y boca grande. Su cabellera está despeinada y enredad; sus ojos parecen globos incandescentes y su piel se asemeja a un pergamino marchito y arrugado. La malvada se atavía con una capas ahumada, remendada y rota, y luce un sombrero ancho y cónico. La bruja maldice,blasfemia y formo corro con otras brujas y nigromantes, congregados en bosques tenebrosos, para hacer prácticas y ritos profanos. Vuela dando terribles aletazos y se dedica a asustar a las buenas gentes con su espiritu invisible, la bruja se divierte extraviando borrachos,enfermando a los niños,afixiando a los jóvenes,despertando a los viejos, desordenando todo y poniendo la casa patas arriba, ahuyentando la paz y el sosiego.